La etapa Triacastela–Samos es una de las más emblemáticas del Camino Francés, tanto por su valor histórico como por la belleza natural que la acompaña. Se trata de un tramo lleno de encanto, que conduce al peregrino entre montañas, bosques y aldeas gallegas hasta llegar a Samos, un lugar de paz presidido por su majestuoso monasterio benedictino.
Muchos peregrinos inician su camino en Sarria, punto de partida más popular por cumplir con los 100 kilómetros mínimos necesarios para obtener la Compostela. Sin embargo, quienes deciden recorrer la etapa desde Triacastela hasta Samos disfrutan de un itinerario más tranquilo, auténtico y cargado de espiritualidad.
Un recorrido de naturaleza y tradición
La ruta comienza en Triacastela, a 134 kilómetros de Santiago. Desde el albergue municipal, el camino avanza por la LU-633, atravesando el centro del pueblo y tomando rumbo hacia el sur en dirección a Samos. Aunque este tramo inicial discurre junto a la carretera —sin arcenes amplios—, cuenta con senderos laterales que facilitan el paso de los caminantes.
A lo largo del recorrido, los peregrinos se adentran en paisajes típicamente gallegos, entre bosques de robles y castaños, con suaves pendientes y aldeas que conservan la esencia rural. En el trayecto se atraviesan lugares como San Martiño y Lastres, donde los desniveles y caminos irregulares pueden suponer un pequeño reto, especialmente para ciclistas, pero las vistas y la tranquilidad del entorno hacen que el esfuerzo merezca la pena.
Llegada a Samos
El destino de esta etapa, Samos, recompensa al peregrino con su serenidad, su belleza natural y su rico patrimonio. Aquí se encuentra el Monasterio de San Xulián de Samos, uno de los más antiguos de Galicia, que ha acogido a caminantes durante siglos. Este enclave, a orillas del río Oribio, invita al descanso y a la contemplación antes de continuar la ruta hacia Sarria.
Samos es también un excelente lugar para pernoctar, con opciones de alojamiento que combinan comodidad, cercanía y hospitalidad. Entre ellas, la Pensión Santa Rosa, situada en el corazón del pueblo y junto al río, ofrece el espacio perfecto para reponer fuerzas y disfrutar de un merecido descanso tras esta etapa.
Consejos para el peregrino
-
Se recomienda llevar calzado cómodo y evitar las horas centrales del día, ya que el recorrido puede resultar exigente en algunos tramos.
-
Para los ciclistas, precaución en las bajadas con grava suelta.
-
En Samos encontrarás servicios de restauración, tiendas y alojamientos adaptados a peregrinos.
Pensión Santa Rosa, tu lugar de descanso en la etapa Triacastela–Samos.
Descansa, disfruta del entorno y continúa tu camino con energía renovada.




